lunes, 26 de septiembre de 2011

SI NO EXISTIERAS

Qué sería de mí si no existieras,
mi ciudad de La Habana.
Si no existieras, mi ciudad de sueño
en claridad y espuma edificada,
qué sería de mí sin tus portales,
tus columnas, tus besos, tus ventanas.
Cuando erré por el mundo ibas conmigo,
eras una canción en mi garganta,
un poco de tu azul en mi camisa,
un amuleto contra la nostalgia.
Y ahora te camino toda entera,
te vivo toda hasta la madrugada,
soy el viento en tus parques y rincones,
soy ese sol que te acaricia el alma.
Ciudad de mis amores en el polvo,
bella ciudad de podredumbre y alas,
en ti nací realmente un mes de enero
cuando golpeó en tu pecho la esperanza.
Si viví un gran amor fue entre tus calles,
si vivo un gran amor tiene tu cara,
ciudad de los amores de mi vida,
mi mujer para siempre sin distancia.
Si no existieras yo te inventaría
mi ciudad de La Habana.

 (Fayad Jamís, 1984)



miércoles, 21 de septiembre de 2011

el buen pan

El panadero imagina, sueña historias mientras amasa el pan muy de mañana, historias que a nadie le interesan, que son motivo de risas irónicas para sus conocidos, que su mujer se niega a escuchar, que sus hijos ignoran, papá, esos cuentos no nos gustan, cuéntanos los de siempre.

Y entonces, el panadero le murmura sus historias al pan mientras lo amasa, mientras añade un poco más de harina o la levadura justa, susurrándolas a la puerta del horno a las hogazas doradas que esperan.

A nadie más puede contárselas. Pero en el pueblo la gente empieza a saber de ogros benévolos, de princesas malvadas, de príncipes cobardes y reyes justicieros. Nadie sabe, pero cada vez que parten el pan antes de comer, un duende se escapa, una niña habla con una vieja que le enseñará el secreto para ser poderosa, un pequeño príncipe se pone en camino buscando su reino perdido.