jueves, 21 de julio de 2011

BELLA DURMIENDO

Ella estaba en el bar, se diría que me esperaba. Todo ha sido suave y fácil, su sonrisa recibiéndome, su manera de aceptar mi invitación, de bailar conmigo, de abrazarse a mí. Su sonrisa se ha hecho más alegre cuando he susurrado a su oído mi petición, mi deseo, y también en un susurro me ha dicho que sí, que quería que me fuera con ella.

En cuanto hemos llegado a su dormitorio, la he tomado entre mis brazos, todo deseo y pasión entre nosotros y nos hemos besado. Pero inmediatamente después se ha separado de mí, ha bostezado y ha dicho que se moría de sueño.

No era mentira, se ha dejado caer en la cama y en el mismo momento se ha quedado dormida.

Y ahí está, respirando suavemente, el pelo extendido sobre la almohada, el vestido tan corto dejando ver sus piernas doradas, los labios entreabiertos, absolutamente deseable, sin que haya beso de amor que la despierte.

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